martes, 27 de marzo de 2007

Roncagliolo en Puerto Rico - Crónica de un encuentro

Mayra Santos-Febres
extraido de lugarmanigua (
http://www.mayrasantosfebres.blogspot.com/), su nuevo blog

El pasado lunes 19 de marzo estuvo visitándonos Santiago Roncagliolo. Al fin cumplió su promesa, una que me hiciera en la Feria del Libro de Miami en noviembre, donde nos conocimos. "Tú descuida, que yo llego a Puerto Rico" dijo. Ya veo que , además de un tipo fenomenal, es un hombre de palabra.


Vino a presentar su "Abril rojo" y a hablarnos su oficio y su pasión por escribir. La presentación en la Librería "La Tertulia" quedó regia (pronto en You-Tube). Luego tuvo otra en la Universidad Metropolitana que incluyó coctel y bailes folclóricos peruanos (pobrecito Chago..., le tocó ser escritor nacional). Y por último, Santiago visitó mi casa, donde toda una recua de nuevos amigos le cantamos "cumpleaños feliz", o , como él diría, mofándose del acento boricua, "japi beldei tu yú".


Al otro día de su llegada, Santiago, Bárbara Forestier (Directora de Derechos de Autor de Alfaguara) y yo nos encontramos en la playa del Fortín, cerca de la roca del perro. El no conocía el mito y no sé si entre las miles cosas que nos contamos (chismes del mundillo de escritores , mi preñez de tres meses, su reciente matrimonio y conversión a terrateniente, los amores de los amigos... ) yo le relaté la leyenda. Ella cuenta la historia de un pescador que se lanza al mar en busca de un peje gordo que se le escapa. Deja a su perro esperando su retorno. El perro, fiel a su amo, aún lo espera, convertido en roca. Repito, no sé si le conté la leyenda . Se quedaron muchas cosas en el tintero: mi agradecimiento por compartir en mi casa, con mi compañero y mis amigos, su increíble disposición a la alegría; contarnos los planes para nuevas historias... Fue una noche espectacular.


Lo que sí quiero dejar constar es la sorpresa y el aprecio que siento por esta nueva camaradería que se va forjando entre escritores latinoamericanos de nueva camada. Nos conocemos, nos leemos, nos apoyamos, hasta nos tenemos cariño. Es increíble y alentador saber que hay otros seres de la misma especie que se buscan y se ofrecen lealtad. Me alegro por mí, por nosotros, por la sana compatencia, por las mejores novelas, en fin por los lectores ( los que nos leen y los que somos), por este mundo que habitamos que , al fin y a la postre, es el mundo de la literatura. Presiento que no es el mundo de una literatura endiosada, sino de una literatura cotidiana, que incluye playas, viajes, tragos, chismes. Quizás así es que viven la literatura todos los escritores y yo sólo me entero ahora. No importa. Me estoy gozando esta pérdida de una inocencia.


Sólo me resta darte las gracias Santiago, por la visita. Aquí te esperamos, cerca del mar. No nos dejes convertirnos en piedra, okei...

domingo, 18 de marzo de 2007

el pozo de tales: lectura oficial (21 de marzo)

Vocablos

Karina Claudio

“por su curiosidad
deseaban ser otros
y se atropellaban
los vocablos”
-Aurea María Sotomayor-


1.
Letrada cae en verso
para trazar los restos
de una herida
Sola en la página
parecería supurar
tinta

2.
Letrada trama
el suicidio colectivo
de un alfabeto
Sola en el intento
parecería balbucear
interjecciones

3.
Letrada escupe verbos
después de apuñalada
Sola en el suelo
parecería que accionara
la sangre

4.
Letrada rasca llagas
que alimentan el sujeto
Sola en la cáscara
parecería quel pus
le sujetara

5.
Letrada atrinchera fronteras
para escribir sonetos en el agua
Sola en la sal
parecería oxidar
la distancia

6.
Letrada oxida metales
para fundirlos en su tráquea
Sola en la gárgara
parecería quel yodo
le pescara

7.
Letrada remite gárgaras
a la onomatopeya del conducto
Sola en el fonema
parecería enterrar
las palabras

8.
Letrada rajó el lenguaje
en partes equidistantes
Sola en la rotura
parecería sensibilizarse…

Karina Claudio no se conoce ni a si misma. Busca voluntarios(as) que deseen escribir su biografia.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Conversatorio con Santiago Roncagliolo

La Asociación de Escritores Universitarios de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, les invita a un conversatorio con Santiago Roncagliolo, Premio Alfaguara de Novela 2006 por su novela "Abril Rojo", el próximo lunes 19 de marzo de 2007 a las 2:00pm en la libreria La tertulia (Ave. Ponce de León 1002, Río Piedras)

martes, 13 de marzo de 2007

Calendario

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viernes, 9 de marzo de 2007

Viernes 3:00 am

Juan Luis Ramos

Daba vueltas en la cama, no podía dormirse. Se levantó, fue a la cocina, bebió agua. Regresó, se acostó en su cama. Miró el reloj; VIE 2:37 AM. Abrió la gaveta de la mesa de noche, agarró la Biblia y una caja que estaba debajo de ésta; fue a la sala llevándolas consigo. Tomó asiento. Prendió un cigarrillo, abrió la Biblia y comenzó a leer. Leyó varios salmos y la cerró. Se levantó, se llevó la caja consigo, abrió la puerta y salió al balcón. Prendió otro cigarrillo. Se sentó en el sillón. Mirando el cielo dejaba caer las cenizas y dejaba escapar el humo de sus pulmones. ¿Qué has hecho de mí Jesús amado? Apiádate de mí, se decía así mismo mientras abría la caja. Miró lo que había en su interior. Cerró sus ojos. Con su mano derecha apretó el crucifijo que le colgaba del cuello.

Juan Luis Ramos nació un 25 de marzo del 1985 en Bayamón. Desde pequeño quiso adentrarse al mundo de la violencia física pero su madre nunca le permitió estar ni en karate, ni en boxeo ni mucho menos en la lucha libre. Así que comenzó en la música, tocando el bajo y escribiendo canciones. Actualmente hace un bachillerato en Estudios Hispánicos, escribe, fuma y bebe cada vez que puede.

lunes, 5 de marzo de 2007

Baladadapop para el pozo, por la feliz desdicha que en su fondo sonríe atrapada

Rubén Ramos

Esta caza,
por ejemplo
pudiera ser
una cárcel
cuya única
salida es la
undécima línea
de este texto
que le alberga
en función de llave,
su casa.
Tan perforante
como el corral
de las muñecas
la angustia
se vierte
tan blanca
en su pelaje
como densas de frío
las paredes.

Se amotina,
la sangre,
en un cuadrado
más alto
que el rojo
que roza
la ventana.

Un disparo,
cae al suelo
como suben
remitidas
de momento
las cerraduras
por el cielo
para el impacto
de manzanas
comiéndose postales
dentro de gusanos.
Así también
como caen
las nubes entre
las cordilleras
profundas
que van
a su garganta.

También perforan
las caricias
por ejemplo.

En la oscuridad,

un beso
es tan efectivo
como una bala.


Rubén J.M. Ramos Colón nacerá en Bayamón o San Juan dependiendo el ángulo en que se observe y el calendario. De pequeño, quiso desarrollar una adicción con los videojuegos y los dulces que lo llevó a tener caries y callos a la tierna edad de 23. Estudió en el jardín de niños de Carmen Sol en donde pulió sus destrezas en el uso de la cuica, el mapo y el dialogo. Ha recibido varios premios de segundo y tercer lugar en varias ocasiones por su participación en los días de juego de su Colegio, así como menciones honoríficas por la confección de pastelería otorgados por un panel de degustación compuesto por sus amigos y familiares. Es un coleccionista mediocre de cubitos de hielo y suele ser residente permanente de la penumbra, pero solo a veces. Actualmente conversa a nivel profesional mirando a las estrellas intimar frente a su cámara sin tener rollo o memoria, mientras tanto hace popcorn en el microondas y enfriará una root beer.

viernes, 2 de marzo de 2007

Amarres

Astrid J. Lugo


Agua de pozo

Me apresaba
con sus piedras empozadas,
me raspaba,
y tenso
besaba
mis tobillos.
Me cosí a su cuerpo,
de viejo amante,
con la desesperación de siempre
(hiper-
venteada).
No habría forma
de
escaparse al viento;
a las fieras,
al muro,
a la cordillera filosa,
ni a los puñales de sol.
Y da mucho trabajo
llevar en los hombros
la vida,
y por “tener que”,
tomé un buche de agua,
me levanté,
me llevé lo
mío,
y hasta han quedado
sobre piedra
deseos
sordos.
Lejos,
con la angustia
corroída,
y los pies
trazando agujeros de agua.
Callada quedo,
que hablando
se hará justicia;
callada,
con la boca
amarrada de jugos
de pozo,
y tantas cosas
qué decir.


Te busqué

Te busqué,
caída entre el discurso del porqué,
y los por cuántos.
Te encontré
amarrado a la columna
del teatro,
de los que se hacen fuertes
con el golpe.
Con los pañitos atados a la cara
y las muñecas entumecidas
llamando al filo.
Estuve,
entre el sucio
patíbulo de ecos
malhablados,
y con ellos,
canté su canción,
de quejas y
elefantes de telarañas.
Me sequé el orín de los pantalones
al verte,
un poco por el bochorno t
e enseñé los dientes,
a ver si querías un beso.
Tú,
no te diste cuenta de nada,
ni yo lo quería
pero te busqué,
y ajena al cambio,
me limité a vivir
sin saber qué era.
Dejé de buscarte.


Oscuridad

Encierras los puños de tus manos,
coartas los aullidos,
dices
que buscas la paz,
y quizás.
Me vendas los ojos,
pa’ ver a oscuras.
Me amarras los pies
por el
"buen camino".
Me dejas temblando y
de un grito tuyo
renuncias.
Me aprietas el cuello,
me asfixio,
te escupo,
no hay miedo.
Busco en las ventanas
silencio,
tu ruido blanco
me rompe,
Busco tus sombras
tus ojos,
me pierdes,
yo que tanto
te esperaba
pasivo
y tú,
me pintas de oscuros.

Astrid J. Lugo nació el 19 de abril de 1985 en San Juan, literalmente en el Teatro Tapia (durante el estreno de la Charca). Es budista desde los tres años (y a los catorce con conciencia). Su padre es músico y actor; su madre es escenógrafa, escritora de teatro, compositora y pintora. Comenzó componiendo letra y música a los cinco años en un pianito con su madre (El marciano a la estrella). Sus primeros cuentos fueron a los doce (La llave de la luna) y sus poesías (sin música) a los catorce. Actualmente es estudiante del Departamento de Estudios Hispánicos de la la facultad de Humanidades en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Le gusta el sucio y marcar sus propias obsesiones. A menudo trata de decir lo que no se debe y de contradecir lo que ya estableció. Escribe tratando de romper y celebrar alguna que otra cosa.