Xavier Valcárcel de Jesús
A la vecina de Provi la mató un camión esta mañana. Le pasó por encima. Yo me enteré porque llamaron de la escuela diciendo que a Samuel le dio un ataque de pánico y tuve que buscarlo. Pero imagínate. La escuela de Samuel queda enfrente, era hora de almuerzo, ellos entran y salen, cruzan la calle para comprar dulces y icees en la tiendita donde la señora compró el café. Parece que la señora quería cruzar y caminó por el filo de la acera. Tuvo que haberse resbalado, o se le torció el tobillo, uno no sabe. ¿Tú te imaginas? Morir así, con la cabeza aplastada bajo la goma de un camión. Estoy en shock. La muerte coge a uno donde sea. Pero tú sabes, lo que yo le digo al nene: no tiene que llorar, gracias a Dios que no fue a él.
3 comentarios:
jajaja!, samuel esta en este cuento, que ocurrencias.
Pa mi que el nene la empujo y por eso llora, pa mi que ese nene eres tu.
Chan chan chan....
... tengo cositas que contar... Chavi... escribe, pienso que perdí tu himen (e-mail)
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