lunes, 5 de marzo de 2007

Baladadapop para el pozo, por la feliz desdicha que en su fondo sonríe atrapada

Rubén Ramos

Esta caza,
por ejemplo
pudiera ser
una cárcel
cuya única
salida es la
undécima línea
de este texto
que le alberga
en función de llave,
su casa.
Tan perforante
como el corral
de las muñecas
la angustia
se vierte
tan blanca
en su pelaje
como densas de frío
las paredes.

Se amotina,
la sangre,
en un cuadrado
más alto
que el rojo
que roza
la ventana.

Un disparo,
cae al suelo
como suben
remitidas
de momento
las cerraduras
por el cielo
para el impacto
de manzanas
comiéndose postales
dentro de gusanos.
Así también
como caen
las nubes entre
las cordilleras
profundas
que van
a su garganta.

También perforan
las caricias
por ejemplo.

En la oscuridad,

un beso
es tan efectivo
como una bala.


Rubén J.M. Ramos Colón nacerá en Bayamón o San Juan dependiendo el ángulo en que se observe y el calendario. De pequeño, quiso desarrollar una adicción con los videojuegos y los dulces que lo llevó a tener caries y callos a la tierna edad de 23. Estudió en el jardín de niños de Carmen Sol en donde pulió sus destrezas en el uso de la cuica, el mapo y el dialogo. Ha recibido varios premios de segundo y tercer lugar en varias ocasiones por su participación en los días de juego de su Colegio, así como menciones honoríficas por la confección de pastelería otorgados por un panel de degustación compuesto por sus amigos y familiares. Es un coleccionista mediocre de cubitos de hielo y suele ser residente permanente de la penumbra, pero solo a veces. Actualmente conversa a nivel profesional mirando a las estrellas intimar frente a su cámara sin tener rollo o memoria, mientras tanto hace popcorn en el microondas y enfriará una root beer.