domingo, 1 de abril de 2007

3er intento (un cuento trágico de todos los días)

Astrid J. Lugo


Una mujer delgada de unos 32 años entra a su casa, aparenta haber llegado de su trabajo. Saluda a su perrito salchicha, suelta su cartera azul, y se percata que la puerta de su cuarto está semi-abierta (con la condición de obsesión convulsiva de su esposo, esto le parece muy extraño). Entra a su cuarto (como respondiendo acertijos) y sobre la “coqueta” encuentra una nota que lee;

Querida Rosita:
Vivir contigo nunca fue fácil, pero estábamos enamorados y así se dio. Verte despertar por las mañanas era mi droga favorita; tu piel tan blanca y desnuda, los lunares de tus hombros, tu pelo enmarañado estrangulando tu largo cuello, tus pies buscando abrazar los míos, y la media sonrisa justo antes de abrir los ojos. Era impresionante. Sí, las mañanas eran una delicia, todo contigo al principio. Pero entonces pasó el tiempo, y nos hicimos distantes. Tus ojos devolvían reflejos vacíos, y ya no buscabas el roce de mi antebrazo. Está bien, nunca pensé que duraría para siempre, pero tampoco esperaba que fuera tan desastroso. La decadencia iba de la mano con él. Desde que entró a nuestro hogar no me miras igual, a penas sonríes si se ausentan sus brazos; todo lo que él hace te parece gracioso, todas tus sonrisas son suyas. Me desespera la injusticia de que el último bistec de la cena le toque a él, el último beso, la última caricia, todo al fin y al cabo desemboca en su felicidad, ¿dónde quedo yo Rosita?; ¿Sabes que se llevaba mis zapatos al patio y los orinaba a propósito?, luego se escondía detrás de tus tobillos con la cola entre las piernas y su cara de ángel. Al principio a mi también me convenció su semblante de ingenuidad y desamparo, pero luego me di cuenta de sus maquiavélicas intenciones. Y es que no entiendes, Rosita, poco a poco “calixto” me ha quitado tu amor (lo peor de todo es que no necesitó a la Celestina). No puedo sacarme de la cabeza aquel día que te encontré abrazada a él dormida en nuestra cama, (él no estaba dormido, Rosita, el abrió los ojos y me meneó la cola burlonamente). Quizás te parezca que exagero, pero no es así. Lo único que he hecho es amarte, y a medio tiempo, soportarlo a él. Siento mucho lo que te estoy haciendo, pero no tengo otra salida, no puedo compartirte con él, no quiero limpiarle la mierda por las mañanas, ni bañarlo los fines de semana (tampoco quiero verte a ti haciéndolo). Esta es mi carta de despedida, me mato, y es por su culpa. Espero que los perros no lleguen al cielo Rosita, allí estaré para ti siempre.
Tu amado, Felipe.”

Rosita abre los ojos como “pesca’o de frizer” - “¿Felipe, dónde estás?!”. En ese momento, calixto, el perro salchicha del demonio, entra al baño y comienza a ladrar. Rosita entra corriendo sin saber qué esperar de la próxima escena. “¿mi amor?”.
Ve el cuerpo de su esposo tendido en el suelo del baño, busca rastros de sangre, potes de pastillas, pero nada, sólo el tubo de la cortina de ducha se había caído, y su cuello seguía atado a una media nylon color negra. “Felipe, mi amor, ¿todavía estas vivo?” Cuando abre los ojos lo primero que ve es a calixto, ladrándole como de costumbre. Felipe esta llorando, ya es la tercera vez en una semana y no lo logra.

4 comentarios:

Moussette dijo...

Eres increible Astrid, maquiavelica!!!!!! (Tu sabes pq)
Moussette

Rafael dijo...

XD No puedo creer que algo tan simple como un perro pueda afectar emocionalmente a un hombre con tanta intensidad. Me gusta tu cuento por que conozco un caso parecido que la persona pasa mas o menos lo mismo por culpa de su perra. Lo mejor de esta narrativa es que se puede ver como una critica a la gente que antepone cientas cosas a su faamilia o lo que sea. Por ejemplo, un hombre trabaja como loco para mantener a su familia pero no atiende a sus hijos y esposa por estar siempre en el trabajo. Supongamos que el hombre solo esta trabajando por que quiere darle lo mejor a su familia pero se olvida que lo que importa no es que su familia tenga ropa de marca ni televisores gigantescos si no que 1 hora diaria que pase con cada miembro de la familia (quiza minutos) es sufieciente para forjar un lazo tan grande como para no dejar que su familia busque ese amor en alguien mas o en otro sitio.

Darich dijo...

Al final del cuento fue que pude exhalar,
Me gusto mucho;
contra que bueno esta ese cuento…
sea; la madre el perro ese!

Abdiel dijo...

...hay trivialidades así de duras y absurdas. Me gusto mucho.