domingo, 8 de abril de 2007

Bachillerato en Estudios Hispánicos o esperando una respuesta de Dios

Juan Luis Ramos


Ricardo Cardenales ya comenzaba a sentir el todo el peso de sus 28 años encima. Su vida, según él, era un verdadero fiasco. Se había casado con una mujer a la que no amaba, gracias al positivismo de una prueba de embarazo. “Maldita suerte la mía.” Se repetía incansablemente.

Su vida no era nada parecida a como se la imaginó al entrar a la universidad. Quería ser doctor en letras y ser escritor, pero sus sueños se esfumaron al no poder proseguir con sus estudios graduados, gracias al “castigo” de tener dos bocas más que alimentar; así que tuvo que comenzar a trabajar en lo que encontrara. Su bachillerato en Estudios Hispánicos lo ayudó a conseguir un trabajo en K-Mart. Lo que ganaba allí lo complementaba con el cheque de los cupones y con el plan WIC; no era mucho pero por lo menos le daba para vivir, no bien, pero vivía… sumergido en un mar de deudas, frustraciones e infelicidad. Pero su madre siempre se lo advirtió “¿Que tú vas a hacer con un bachillerato en Estudios Hispánicos?”

Ricardo Cardenales quería superarse, tenia esperanzas en una mejor vida. Por eso siempre sacaba un peso de donde no lo tenía para jugarse un numerito de loto, pero la suerte no esta hecha para los necesitados. También Ricardo era un hombre de fe, iba junto a su esposa e hijo todos los domingos a la iglesia. Buscaba en Dios una solución a sus problemas, una salida a lo que el llamaba, el laberinto miserable en el que se hallaba sumergido. Pero Dios nunca le dio una respuesta, ni tan siquiera una señal. Si no que como siempre acostumbra hacer, le jugó una pequeña broma; apagó la visión de su pequeño hijo.

Ricardo acostumbraba antes de irse a dormir ir a su pequeño librero, agarrar uno al alzar y leer un poco. Esa noche no fue la excepción. Agarró uno y noto que un marcalibros esperaba que leyeran aquella pagina. Fue a la pagina marcada y leyó…

“Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,la resaca de todo lo sufridose empozara en el alma… Yo no sé!

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Ricardo Cardenales.

Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, comocuando por sobre el hombro nos llama una palmada;vuelve los ojos locos, y todo lo vividose empoza, como charco de culpa, en la mirada.Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!”
- Cesar Vallejo


Se agarró el crucifijo que le colgaba del cuello y de un tirón lo arrancó. Entonces, sólo entonces comprendió que debía hacer algo con su vida, que no podía seguir esperando una respuesta de Dios.

2 comentarios:

Astrid J. Lugo dijo...

Hijo'er demonio! tu madre te jreprenda condena'o, vaj pal infierno ! Bellísimo Juan Luis. No esperen más, si puede venir, nos odia. Besitos a Vallejo (el que no debemos leer por ser clásico)que tal que nos manche la cabesita!

Rafael dijo...

Bravo! Muy cierto! El ser humano religioso vive en el imaginario que Dios (o la suerte) le brindara regalos o les ayudara a solucionar sus problemas. Es algo que me paso criticando. La gente debe aprender a tomar riendas de su vida y luchar por lo que quiere sin tener que estar dependiendo de nadie. Me da mucha lastima que el protagonista haya tenido tanta mala suerte y lo mas tragico es que no encontrase nada con su bachillerato de estudios hispanicos. Hay veces que debemos pensar si nos hace mas feliz el dinero (un trabajo que nos deje $) o lo ue nos gusta (Estudiar lo que amamos). No es una dasicin facil pero nadie dijo que el mundo era color de rosa.