viernes, 20 de abril de 2007

de la ausencia y de ti

Nicole Cecilia Delgado


nostalgia

la nostalgia me agarró por los tobillos
y apretó y apretó siguió apretando
recuperé mi llanto
estuve sola
me ganaron mis pequeñas y terribles compulsiones
quise salir contigo al patio de la casa
quise ser entonces
quise la casa
quise abrir la puerta y ver el mar
y sumergirme toda en su locura brújula
quise ser la isla
de nuevo
sudar sal
y apretó y apretó siguió apretando
conversé con el espejo largo
confronté mis certidumbres más abyectas
descubrí junto a mis ojos los cauces de sus ríos
me arranqué tres canas
fruncí el ceño
hice una mueca
saqué la lengua
el espejo fue después la certidumbre
vi precisamente a la nostalgia apretando mis tobillos
tenía el cuerpo verde
torcido en forma de infinito entre mis pies


mito silvio

ver a silvio nunca estuvo entre las experiencias que consideré posibles. era una quimera, algo así como desear que lloviera adentro de las casas o ver granizar en el desierto. pero mexico me hizo ese regalo el martes. fui con lauri, que tampoco cabía en sí de la alegría porque silvio tampoco puede cantar en el salvador. teníamos modestos asientos en el piso más alto del auditorio nacional. llegamos temprano. pedimos unas cerveza para caer un poco en tiempo y nos sentamos a esperar. la verdad verdad, esperábamos poco del concierto. todos los mexicanos (menos los que estaban allí en el auditorio cantando con silvio y con nosotras) nos habían asegurado que silvio era el más insoportable, el más irrespetuoso con su público, el más falso. que iba a cantar apenas cuarenta minutos y se iba a ir, dejando a todo el mundo soso y enojado. yo estaba preparada para salir hablando mierda con cojones de la revolución cubana y odiar a silvio de una vez por todas. afortunadamente fue todo lo contrario. fueron, fácil, dos de las mejores horas de mi vida. el repertorio estuvo increíble y complaciente. el escaramujo. historia de las sillas. quien fuera. te doy una canción. gaviota. días y flores. angel para un final. oleo de mujer con sombrero. el necio. la masa. pequeña serenata diurna. unicornio. ojalá. (que conste que unicornio y ojalá no me gustan tanto). pero el tiempo asumió allí su espiral sin tiempo y estuve a la vez en todos los conciertos de mi vida, sobretodo en los que fuimos juntos. reviví nuestro amor de entonces, esa forma de querernos bajo el agua y en el césped de las huelgas, volví a pintar pancartas en el suelo de una casa de estudiante, volví al cuartito de la calle de diego donde los vecinos nos escuchaban con frecuencia gritando de placer y de alegría. pensé otra vez en cuba con ternura, pensé en vieques, pensé en la tertulia cuando silvio era algo así como la serpiente emplumada de todos nuestras pueriles fantasías guerrilleras y nuestros castillos de arena mojada en una nuez. me hiciste falta. no me había dado cuenta pero silvio tiene todo que ver contigo y después del concierto me rodeó un vaho de nostalgia por el antes, por el nunca, por el siempre, por la vista con mar de la casa del cerro donde vivimos juntos la última vez en puerto rico, sentí nostalgia de tus besos revolucionarios, de los chicles de abajo de las mesas, de la rabia, del panfleto, del amor.


Nicole Cecilia Delgado, poeta y organizadora cultural, nació en Puerto Rico el 13 de noviembre de 1980. Obtuvo una Maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad del Estado de Nueva York. Ha publicado dos volúmenes de poesía: inventario secreto de recetas para enrolar las greñas con cilindros de colores (2004) y secretos familiares (2006). Actualmente cursa un diplomado en creación literaria de la Sociedad General de Escritores de Mexico. Visítela en internet http://nicolececilia.blogspot.com para conocer su trabajo más reciente.

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