domingo, 15 de abril de 2007

Pasquinadores de versos

por Mariana Reyes Angleró
El Nuevo Día. Domingo 15 de abril de 2007. (La revista, págs. 32-33)
http://www.endi.com/XStatic/endi/template/nota.aspx?n=196924


Poetas inseparables de la tecnología, cansados de los discursos, las sutilezas y el panfleto.


“Mi mamá rompió fuente en el teatro Tapia”, cuenta Astrid Lugo, de 21 años, quien finalmente nació en un hospital de Santurce. El hecho de haber estado a punto de comenzar la vida sobre un escenario fue como una premonición de lo que iba a ser en el futuro. A los cinco años inventaba canciones mientras su madre tocaba un ‘pianito chiquitito’ en la casa. “Mi primer cuento lo escribí a los 12”, dice Astrid, virando los ojos hacia arriba como buscando en el pasado. “No me proponía escribir, era algo que simplemente sucedía”.

Y sucede, sigue escribiendo cuentos. Astrid pertenece a la Asociación de Escritores Universitarios, que agrupa a más de 20 estudiantes que crean poemas, cuentos, ensayos, guiones y obras de teatro. Se reúnen los jueves en distintos espacios de Río Piedras. La próxima “intervención”, como le llaman a sus actuaciones en público, será el miércoles 18 de abril, a las 12 del mediodía, en el lugar de origen del colectivo, la plaza Antonia Martínez, frente al Teatro de la Universidad de Puerto Rico. La Asociación tiene otros eventos en agenda: el viernes 20 de abril estará en la sede del COPI (Comité Piñones se Integra), una actividad tipo micrófono abierto, en la que cualquiera puede leer su trabajo literario.

El grupo empezó a reunirse el semestre pasado. Hicieron una actividad artística un mediodía. “Conseguimos un micrófono y empezamos a leer pequeños cuentos y poesía”, dice Xavier Varcárcel, de 22 años, otro de los miembros del grupo. Más tarde consiguieron que los dejaran entrar al vestíbulo del teatro. Allí siguieron ganando adeptos: primero se les acercaban estudiantes y luego algunos profesores. Finalmente el grupo decidió llevar la palabra fuera del recinto. Se han reunido en el Taller Cé, un espacio de difusión cultural en Río Piedras, y de allí han pasado a otros como Guajanas, donde leyeron sus trabajos el jueves pasado.

Durante el verano, los escritores serán los facilitadores de un taller de ‘escritura automática’, en el que usan juegos de palabras para escribir lo primero que se les ocurra en ese momento. La clase no será parte del programa formal universitario, pero sí una actividad de una asociación estudiantil oficial de la institución académica.

Según Xavier, hace más de 10 años que no existía un grupo formalmente inscrito como una organización de escritores universitarios. Durante todo ese tiempo, en Río Piedras y otros recintos, los escritores, especialmente los poetas, no dejaron de reunirse para leer sus trabajos. Muchos de esos encuentros eran en bares y otros espacios al margen de la academia.

Eso era antes del taller de narrativa de la profesora Mayra Santos Febres. Casi todos los artistas emergentes tomaron la clase con ella. Algunos tomaron el curso con los escritores puertorriqueños Liliana Ramos Collado y Ché Meléndez, en clases fuera de la Universidad, pero la mayoría de ellos tiene algún entrenamiento formal en las letras.

“Teníamos una necesidad de conectarnos”, dice Astrid sobre lo que les movió a crear la Asociación. Además de técnica, aprendieron a criticarse unos a otros, ritual que es parte de todos sus encuentros. No se limitan a las reuniones para opinar sobre el trabajo de los demás. El flujo de ideas constante se da en el blog del grupo, (elpozodetales.blogspot.com), y en correos electrónicos.

Hacen de todo. El lunes por la tarde salieron a pasquinar anuncios sobre su próxima actividad. Empezaron por uno de los pasillos de la Facultad de Humanidades. Graparon hojas sueltas en los tablones de anuncios, junto a mensajes de la Federación Universitaria Pro Independencia y el anuncio de alguien que vende la cuenta de un Mitsubishi Lancer. “La Asociación de Escritores Universitarios les invita a: ácimos, lectura de cuentos y poesía”.

Ácimos se llama el encuentro, como el pan que se hace sin levadura. Por nada en particular escogieron el término: es parte de un juego eterno con las palabras y el diccionario. Pero que quede claro que el encuentro con el azar no está exento de técnica.

Una vez terminaron de anunciarse en la facultad de Humanidades salieron a tomar las calles de Río Piedras. Era la una de la tarde. Hay que tener ganas de pasquinar para caminar por la avenida Ponce de León debajo de ese sol. Comentan sobre los pasquines que estaban en la pared, como los del teatrero Moncho Conde, que interpreta a Albizu Campos, y sobre las obras de grafiteros proscritos.

“Estamos comprometidos con hacer nuestro trabajo, con hacer algo bien hecho, cosas lúdicas, jugar con palabras”, dice Xavier. “Jugar no es la palabra correcta”, interrumpe Rubén J. M. Ramos Colón, estudiante de física y escritor, “la intención de romper la estructura de la escritura no es al garete. Entendemos que el azar es tan válido como cualquier otra cosa estudiada y meditada, escribir debe ser cotidiano”, dice.

“Escribimos desde un yo cansado de los discursos, del panfleto, de la sutileza de la poesía”, dice Astrid, al referirse a las cosas que no le interesan a los escritores de su generación. En la Asociación todos tienen entre 19 y 23 años. Estudian en distintas facultades y apuestan a la experimentación de diferentes disciplinas artísticas. Se aventuran a mezclar la plástica y la danza con la literatura.

Fue de los juegos de palabras -que se toman muy en serio- que surgió Pozo de tales, el nombre de su blog. Es una generación de escritores que creció con la tecnología. “Me inclino a pensar en un nosotros generacional que no tuvo tiempo para la tecnofobia ni peros para decidir por una innovación mediática a la hora de escribir. Para nosotros, los emergentes, la tecnología pareció haber estado ahí desde siempre; con ella la computadora y la red”, dice Xavier en la carta de bienvenida del blog. Para el estudiante de arquitectura, el medio es revolucionario por las posibilidades que le brinda a escritores jóvenes que no cuentan con acceso fácil a las editoriales.

El próximo proyecto del colectivo es llevar el trabajo a una revista impresa en papel. Piensan que el blog es esencial y una forma válida de publicar. En el pasado quedó la pregunta de cómo escriben: a mano, a maquinilla o con ordenador. La generación Next tiene clara su relación inseparable con la tecnología.


ACLARACIÓN: La próxima intervención se llevará a cabo el miércoles 25 de abril, en la plaza Antonia Martínez, frente al teatro de la UPR, Recinto de Río Piedras.

El próximo viernes 20 de abril tendremos una lectura de poesía, en formato open mic, en COPI, Centro cultural y Ecoturístico de Piñones. Para más información, escriba a aeu_upr@yahoo.com o llamar a COPI directamente; (787) 253-9707

1 comentario:

Sergio Gutiérrez Negrón dijo...

No sé cual es el proceso correcto, la contestación indicada. Desconozco su naturaleza de halago, y mi agradecimiento se me pierde entre las rendillas de la suela de mis zapatos, con toda la mugre que he pisado. No sé si el trabajo de Mariana Reyes Angleró está “pasquinado” con insuficiencia o, simplemente, mero desgano.
He hablado con los compañeros y escuchado sus opiniones acerca de la entrevista como tal, anterior a la publicación del reportaje, y creo que hay un consenso.
Me narran que las preguntas que le hicieron parecían tornar al Pozo en un juguete infantilizado, enfocándose en edades, en estos “párvulos escritores”, que, por cierto, y cito (cita directa, por si acaso) “se toman [los flujos de palabras] muy en serio”.
La Asociación es presentada como un cúmulo de muchachitos entre 19 y 23 años que escriben por divertirse, que intentan hablar grande, y le llaman a sus actividades “intervenciones”. La Asociación la vuelven tres personas, la muchachita parida en el Tapia, el muchacho del juego, y el otro, el que interrumpe con tono hostil e intenta hacer hincapié que deben ser cogidos en serio.
Los otros, un Juan Luis, un Christian Ibarra, un Octavio Aurelio son suprimidos. No dicen nada bonito, así que se quedan sin mencionar. Octavio Aurelio, por ejemplo, ¿cuál es tu nombre? Octavio Aurelio. No, no, ¿tu nombre de verdad? Octavio Aurelio. ¿Y tu apellido? Es ese, Octavio Aurelio.
Me sorprende la profundidad del reportaje, en cuanto a qué nos compone como grupo, a qué cosa miramos como tema, y lo digo sin ironía, pues todos estos temas los tuvieron que poner los entrevistados, para poder hablar de qué es la Asociación realmente. La periodista no buscaba eso. La periodista simplemente buscaba una anécdota de quien rompió fuente en el Tapia, de cuantos años tienen estos niños, de si escriben con crayolas o ya saben usar finger paints.
No deseo sonar como una queja personificada, pero el sumo interés de la señora Reyes Angleró se puede ver en la eficiencia del cambio de fechas de nuestras actividades (o tal vez breve desliz), en el matrimonio entre la chica del Tapia y el joven del juego en una sociedad futurística feminista, que le da parto, tal vez en el mismo Tapia, a Xavier Lugo (creación imaginada).

Concluyo, porque hasta la “generación next” concluye, que fue un reportaje decente, a primera vista un buen escrito periodístico, eso no hay que dudarlo porque Reyes Angleró sabe escribir. Lo que si hay que cuestionar es cómo se llevó a cabo ese oficio periodístico, qué tan eficiente fue, y finalmente, el discurso con el que se escribió, y con el cual, sea intencionalmente o no, se nos intenta pasquinar.